No sé por qué no siento ya la ausencia,
de los objetos perdidos,
un reloj de hace mil años,
que aún miraba con cariño,
se cayó hace unos días y sé que será otro,
de mis objetos idos,
Un cuadro muy querido,
quedó por ahí arrumbado,
todos mis antiguos utensilios,
en su momento tan buscados,
se han perdido ... y ya no los siento míos
Creo que tan valiosas pérdidas,
de seres inmensamente amados,
me han enseñado en el otoño de mi vida,
que nada que tenemos es nuestro,
que todo es sólo prestado,
si se puede llevar una hija adolescente,
Dios puede llevarse cuanto necesite,
todo es suyo,
incluída mi vida y todo lo existente...
